lunes, 18 de julio de 2016

"Stranger Things", dame un sintetizador y un póster retro, y moveré el mundo

Nostalgia, aquella tristeza melancólica por el recuerdo de un bien perdido. Eco del pasado, mitificado por el paso del tiempo, que nos susurra al oído que tiempos pasados siempre fueron mejores. Nostalgia, bonito sentimiento, y, por lo visto, bastante rentable también, si lo aplicamos al negocio del cine. Y es que en estos tiempos modernos, en los que el género, no siempre nos da las satisfacciones de antaño, la nostalgia se ha convertido en el perfecto condensador de flujo para que la gallina de los huevos de oro se ponga a poner ídems como una condenada. ¿Y cual es la época dorada del cine fantástico? Evidentemente, los ochenta, así que no hay que tener muchas luces para saber que fecha hay que marcar en el panel del DeLorean, para madrugar nostálgico, e irse a la piltra, o al menos intentarlo, con los bolsillos llenos de reconocimiento, de dinero, o mejor aun, de ambas cosas.

El cine fantástico actual, ha sido infectado por el virus de los ochenta, donde lo retro parece marcar tendencia y donde el uso de determinada estética, se ha convertido en el mejor de los parapetos, ante posibles inclemencias. No es raro por tanto, aprovechando de paso la particular naturaleza mitómana del aficionado al género, que en estos últimos tiempos hayan proliferado de manera exponencial, títulos que o bien homenajean el cine de los ochenta, o directamente, intentan emularlo. La lista es muy larga así que me la voy a ahorrar, amén de que estoy seguro de que todos la tenéis en la cabeza, pero valga como buen ejemplo ilustrador de esta fiebre, el “Turbo Kid” de los Anouk Whissell, François Simard y Yoann-Karl Whissell, cinta que sin pasar de simpática, parece haber sido elevada por muchos (ganando incluso algún que otro galardón festivalero), a la categoría de culto moderno. Desproporcionado, y lo dice alguien que adora el cine ochentero sobre todo lo demás.

“Stranger Things”, nueva serie original de Netflix, se mueve dentro de estos parámetros, al menos, en apariencia y como no podía ser de otra forma, ya hay toda una multitud de aficionados gritando a los cuatro vientos en las puertas del cielo, consignas románticas y declaraciones de amor eterno a la que parece ser la chica de sus vidas. Insisto, como suele ocurrir en el mundillo, desproporcionado. Pero la fiebre de “Stranger Things”, otra más, ha llegado, lo ha hecho para quedarse y sin duda, se ha extendido cual desgarradora peste negra sobre la vieja y agonizante Europa, convirtiendo los interesantes y disfrutables ocho capítulos que componen esta primera temporada, en todo un fenómeno pop.

Servidor recibía la serie con moderado escepticismo, y eso, que el sello Netflix, se ha convertido en muy poco tiempo, en sinónimo de calidad. No era por ahí por donde venían mis potenciales dudas, más bien estas se cimentaban en aquellos que están al frente del proyecto, para ser concreto, en sus creadores, los denominados The Duffer Brothers (dirigen también buena parte de los episodios), quienes ya habían firmado recientemente la simplona y regulera “Hidden: Terror en Kingsville”, la cual todo sea dicho y por algún extraño motivo que a día de hoy, sigo sin comprender, parece ser que gustó bastante a más de uno, pese a la mediocridad del producto.

Y aunque es cierto que “Stranger Things”, comparte alguna de las miserias de aquella, no cabe duda de que nos encontramos ante una nueva interesante propuesta de Netflix, que no será con este pedacito de fantástico noventero con estética ochentera, con quien baje un ápice el listón exhibido hasta la fecha. Y es que “Stranger Things”, exageraciones e hipérboles a parte, es una entretenida, simpática y disfrutable serie fantástica, que pese a no llegar al nivel de otras propuestas de Netflix, como pueda ser la del diablo rojo, vuelve a poner de manifiesto la buena salud del género en la pequeña pantalla con un producto impecable a nivel técnico, que hará las delicias tanto de nostálgicos empedernidos, como de aquellos que gusten disfrutar del género en su formato televisivo.

“Stranger Things” aboga una vez más, por tirar de estética ochentera. La banda sonora a base de sintetizadores (muy bien parida, por cierto, dejando claro que en ocasiones, no hace falta tocar muchas teclas para dar con la combinación acertada), la ambientación de la época, y la presencia de un grupo de adolescentes al frente de las operaciones, delatan las intenciones del show desde el minuto uno, al menos, a nivel formal. Y es que pese a las apariencias, la serie no tiene tanto que ver con el cine gamberro de aventuras al que de entrada parece intentar homenajear o emular, por más que lo primero que a uno le pueda venir a la cabeza tras ver sus compases iniciales, seas aquella estupenda “Una Pandilla Alucinante” (“The Monster Squad”, Fred Dekker, 1987). Con algo más de paciencia, saldrán a la luz las que realmente son las raíces del show, “It”. La novela de Stephen King, que ya tuvo su propia adaptación televisiva en 1990 de la mano de Tommy Lee Wallace (y que tendrá remake en breve), es la principal fuente de la que bebe “Stranger Things”. De hecho, si dejamos de lado la estética, podríamos estar ante la típica adaptación para la televisión de la obra de King (claras son también, las reminiscencias a “El Cazador de Sueños”), con un mejor empaque del habitual, eso si.

De todas formas, si nos ponemos a buscar referencias, esta vez no nos acabaríamos la tarta, pues “Stranger Things” es una referencia constante al género, por ello, los que estén un poco versados en la materia, sabrán sacarle bastante más jugo que el gran público en general, que apenas se quedará en la superficie de un producto que sin duda transportará a más de uno, ni más ni menos, que al lugar que promete, por más que otros tantos, descubrirán más pronto que tarde, que poco hay en “Stranger Things” de aquellas viejas cintas gamberras de los ochenta, o al menos, lo que hay, queda sepultado bajo los cimientos del fantástico de los noventa, con King como mayor exponente, en un relato pero, que se aleja del terror clásico a pasos casi tan agigantados como lo hace de las aventuras para toda la familia de aquellos entrañables títulos de antaño, situando al show en una pantanosa tierra de nadie con excesivo regustillo a melodrama, que puede terminar dejando insatisfechos a aquellos que busquen algo más que la simple estética resultona.

Estamos ante una historia plagada de tópicos (jóvenes marginales, familias desestructuradas, traumas del pasado, experimentos científicos, horrores del comunismo...), simple y ya con bastante kilometraje en el maltrecho motor, que pese a todo, aun anda. Tampoco destaca por su capacidad de sorprender al espectador, algo que suele verse habitualmente en las series de género actuales (al menos, en las buenas). En este sentido, “Stranger Things” se encuentra algún escalón por debajo de varios de sus parientes, lo que puede significar otro handicap añadido para los más ávidos a las emociones fuertes y conducciones temerarias. La cartas se ponen sobre la mesa de inicio y a partir de ahí, el desarrollo apenas depara sorpresas remarcables, quizás en los últimos minutos, donde se deja la puerta abierta de par en par a una segunda temporada, es donde encontramos de lo poquito inesperado del show.

Dicho lo cual, es imposible poner en duda la calidad de la serie y el éxito asegurado de la misma, viendo la gran aceptación que tiene hoy entre los aficionados, este tipo de productos. Yo, como amante enfermizo de los ochenta a nivel artístico, me voy satisfecho, aunque con una sensación un tanto agridulce, pues quizás, me esperaba una serie ochentera que fuera mucho más allá de la mera estética y que tuviera bastante más que ver con todo aquello que me adoctrinó como cinéfilo. “Stranger Things” engancha, no sorprende, pero consigue mantener el interés del espectador, pese a la falta de pegada y esa sensación tan decepcionante de no llegar a explotar todo el potencial disponible en ningún momento, al menos, en esa clave retro que se nos ha querido vender.

Lo mejor: La estética, la banda sonora y las mil y una referencias y guiños al género con las que uno puede llegar a tropezarse por metro cuadrado.

Lo peor: La historia es previsible y la vertiente dramática, termina acaparando mucho más protagonismo del que debiera, dejando al terror y a las aventuras en un modesto segundo plano. Algunos efectos especiales (pese a las grandes “influencias” del gran Guillermo Del Toro), tampoco están a la altura de la gran ambientación.

Lo más peor: El doblaje al español de los niños, es terrorismo en estado puro. Difícilmente se puede hacer peor.


14 comentarios:

Silvia dijo...

¿Cuál es la serie del diablo rojo de Netflix a la que te refieres? Gracias por contestar!

El Rector dijo...

Silvia, me refiero a "Daredevil", of course :)

Saludos.

Missterror dijo...

Rector- Desde luego "Stranger Things" parece la serie perfecta para los nostálgicos, para aquellos a los que el toque mágico de los ochenta les envuelve en una espiral de disfrute máximo. La ambientación está absolutamente conseguida, la pandilla deudora de la mencionada "Una pandilla alucinante", " Los Goonies", "Cuenta conmigo o incluso "Super 8", donde la amistad puede con todo, pese a lo exagerado de cara rana, es entrañable, destacando por encima de todo a Once, niña a la que yo habría abrazado taaaaaan fuerte que me emocionó. La banda sonora es perfecta, el tema inicial es para poner de tono de despertador incluso. La carga de tensión, desde mi punto de vista está perfectamente dosificada, y sobtre todo, en esta magia magnetica, destacan las mil referencias maravillosas que encontramos en cada capítulo, en cada poster en la pared, en muchos comentarios, en los juegos, en todo. Nada es casual, todo está puesto así, marcado así en el guión precisamente para que a los nostálgicos se les llenen los ojos de lágrimas, por eso entiendo lo que comentas, por eso entiendo que una serie ochentera fantástica necesita también mucho más gamberrismo, y eso es lo que le falta a "Stranger Thhings" para ser perfecta (y que eliminen el CGI, por supuesto). En "Stranger Things" es cierto que se opta por la vertiente más sentimental propia de nuestra época actual, y eso te da una idea de que, sin las referencias constantes y sin la alargada sombra de Stephen King detrás, otro gallo hubiera cantado.
Yo, que no soy muy nostálgica, he quedado muy satisfecha con la película, y entendiendo que para ser tan ochentera como pretende, se necesita algo más, no puedo dejar de sentir que es un gran divertimento que atrapa por completo, y que te lleva desde "It", "La Niebla" e incluso pasajes a lo "Alien" hasta actualizaciones de "Under The Skin" o "Silent Hill". Yo, sin duda, le doy un notable alto. Deseando ya ver la segunda temporada y volver a ese pueblo de locos.

Saludos

El Rector dijo...

Missterror, mi "problema" con "Stranger Things", puede ser que al vendernos el enésimo regreso a los ochenta con grupito de adolescentes, me esperase algo como los títulos que comentas, algo con un tono más desenfadado, como lo que terminó siendo "Super 8" (por hablar de algo actual), que sí pienso se adapta mucho más por lo que yo entiendo por un producto ochentero.

"Stranger Things" mola mucho, está muy bien hecha (salvando esas criaturas por ordenador, que cantan bastante), tiene mucho detalle, mucho guiño y tal, pero en el fondo, se asemeja mucho más al fantástico actual que a otra cosa. Y en ese escenario, padece de una indefinción que a mi me ha resultado una pequeña barrera para disfrutar la serie al máximo. Ni apuesta por la gamberrada, ni lo hace por el terror... y el melodrama está muy bien como pincelada, pero como leit motiv, me puede.

No obstante, ya digo, me lo he pasado bien con la serie, pese a la relativa decepción y espero con ganas la segunda temporada.

Saludos.

P.D: Lo de "Under the Skin" llega a ser incluso, escandaloso... pero la verdad es que mola mucho ese efecto.

P.D2: Y si hablamos de Once, tenemos que hablar de otra cinta del amigo Spielberg, ¿no? Yo tenía una hucha de crío ;)

Donnie dijo...

Me quedan dos episodios para acabar la serie por lo cual mi opinión final todavía podría sufrir alguna variación...

La verdad es que 'Stranger things' es una serie con mucho encanto. En pleno revival ochentero creo que es un producto muy elaborado capaz de conectar con todos aquellos que crecimos en los ochenta.

La serie tiene bastantes referentes. Es imposible no pensar en 'E.T', en 'Poltergeist' (De la que se hace un comentario), de las novelas de Stephen King (Si no recuerdo mal en un episodio un personaje esta leyendo un libro suyo), hay posters de 'The Thing', de 'Evil Dead' y encima Matthew Modine parece una especie de alter ego de David Cronenberg... Y si sumamos a eso una extraordinaria banda sonora... ¿Qué más se puede pedir?

Es cierto que parece que la serie da por momentos mas peso a la parte dramática que a la fantástica. En este punto me acordé de 'Twin Peaks'. La serie de Lynch giraba entorno a la desaparición y muerte de Laura Palmer y en 'Stranger Things' parece que cambiamos a esta por Will, pero la serie, por mucho cariño que le tenga, no podía centrarse solo en eso e intentaron darle una carga dramatica hablando de aquello que ocultan los personajes y sus relaciones. Algo parecido creo que ocurre en 'Stranger things', de hecho volvemos a encontrarnos los personajes opuestos. Si en la serie de Lynch teniamos a Donna y a James Marshall, aquí tenemos a Nancy y Jonathan...

Obviamente hay efectos especiales muy cantosos.. pero.. ¿No forma parte eso del encanto de una serie situada en los ochenta y que intenta reflejar el cine de esa época?

Por ahora y como digo a falta de dos episodios, 'Stranger things' me parece una obra de esas que hay que ver si o si..

Un Abrazo!

Donnie

Lesak dijo...

Algo que disfruté mucho, y que hace tiempo no veía, fue ver a niños actuando como niños, fue refrescante ver esa naturalidad.

El Rector dijo...

Donnie, la cantidad de detalles y referencias que tiene la serie, es acojonante y por más premeditados que sean, que lo son, evidentemente, no dejan de tener en el espectador más nostálgico, el efecto buscado.

A razón de lo que comentas sobre "Twin Peaks", venía mi reflexión sobre si estamos realmente, más allá del envoltorio, ante una serie que refleja el espíritu del fantástico de los ochenta, pues yo la veo de lo más noventera a nivel narrativo. Eso no debería restarle puntos y quedar en simple anécdota, pero en mi caso, me esperaba otro caso y por ahí, si que me he llevado una pequeña decepción.

En los ochenta no había efectos "cantosos", había efectos entrañables, jaja! El uso del CGI, es a mi juicio, otro gran error y marcado distanciamiento con respecto a los ochenta. Allí jamás se habría utilizado esa técnica. Se había hecho de forma artesanal y sigo sin entender, como no se ha optado aquí por ello. Si era por pasta, lo que se habrían ahorrado en cash con una histriónica Winona Ryder, seguro habría dado para algún que otro animatronic.

Veremos si la segunda temporada, pule todas estas cositas.

Lesak, sin duda, los niños lo hacen muy bien... otro tema es el doblaje español, donde los niños "dobladores" no lo hacen tanto.

Saludos.

juan dijo...

hola! tambien tiene algo de "Ojos de fuego", del señor King, no se olviden de ella!

El Rector dijo...

Juan, también, también. Aquí lo difícil, es no encontrar referencias a alguna cinta de los ochenta. Vamos, que si no aparece en "Stranger Things", lo más probable es que nunca haya existido :)

Saludos.

P.D: La de años que hace que no revisiono "Ojos de Fuego"...

Donnie dijo...

Si algo tiene 'Stranger things' son la gran cantidad de referencias que hacen de esta serie una delicia para los espectadores que crecimos con el cine de la época que la película intenta reflejar (Incluso en el primer episodio, si la memoria no me falla, se ve al padre del protagonista moviendo la antena de la tele para captar la imagen y así poder ver 'El coche fantastico'). Ya circulan por internet varios vídeos donde se muestran las imágenes de la serie de los hermanos duffer y las películas a las que homenajean aunque seria bueno que estos vídeos avisaran de que contienen spoilers.. Y si no lo habéis visto ya, os recomiendo el vídeo
del inicio de la serie como si hubiera sido realmente una serie de los ochenta..

De hecho he visto que incluso ya hay bromas a costa de 'stranger things' y 'Twin Peaks'. PArece ser que hay un bar llamado Ipsento 606 con dos botes de propina: Una para fans de la serie de Lynch y Mark Frost y otro para la de los Duffer...

Nostromo dijo...

Otro que se muere de placer con tantísimas referencias a pelis que hicieron que ame el cine fantástico como lo amo. Incluso tengo una cami igualita al poster de "The Thing" que se ve en la serie! La he disfrutado un montón y espero ansioso la segunda temporada.

Saludos.

El Rector dijo...

Nostromo, quien no tenga esa misma camiseta, no merece amar este género, jeje. Ganas y muchas, de ver lo que nos deparara la segunda temporada y descubrir se se tratará de una secuela, o de una nueva historia, a mi me encantaría lo segundo, algo parecido a lo que se ha hecho con AHS, pero en bien :)

Saludos.

Donnie dijo...

Yo también estoy como loco por ver que hacen los duffer con la segunda parte de 'Stranger Things'... pero creo que las expectativas están muy altas...Ojalá no nos llevemos una gran decepción..creo que están en ese punto de realmente hacer algo grande o que nos quedemos con la idea de como disfrutamos la primera temporada y como la jodieron con la segunda... Crucemos los dedos!!!

Un Saludo

El Rector dijo...

Donnie, que "Stranger Things" haya conseguido enganchar a alguien tan poco seriefilo como tú, ya dice mucho en su favor. Sumo mis dedos a la cruzada :)

Saludos.

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