jueves, 3 de septiembre de 2015

Crítica: Turbo Kid

El virus retro-ochenta ha estallado. Esta mortífera cepa se ha extendido a velocidad vertiginosa entre la población y sus devastadores efectos ya se han comenzado a hacer notar. Si de repente y sin motivo aparente, vuelves a usar hombreras, chupas de cuero, camisetas gastadas de Iron Maiden, has perdido el gusto por los mp3, ya no te descargas música de internet y en su lugar rescatado las doscientas mil cintas de cassette que tenías en el mausoleo olvidado debajo de la cama para salir a la calle a fardar con tu walkman o has tirado a la basura tu flamante consola de última generación para suplantarla por tu viejo Atari Spectrum con el único afán de esperar seis horas a que cargue tu videojuego ultra pixelado de 8 bits de turno (en mi caso, el “Target Renegade 2”) mientras muy posiblemente, se esté comunicando con alguna ballena cercana, corre a tu centro de salud más cercano, pues puede que estés infectado.
Bromas aparte, la fiebre por intentar revivir los ochenta en el mundo del cine, parece no tener límites. Y supongo que esto no debe de decir nada bueno sobre la salud del género si involucionar treinta años atrás es la supuesta solución para algunos. Yo, que no soy ni gran amigo de los remakes, los mockumentaries (aunque insisito, “La Visita” es genial) o del terror de sobremesa para disfrutar junto a toda la familia, pues no voy a negar, que por una vez, estoy encantado con esta nueva moda. Pero ojo, que no todo vale, que no todo lo que se hacía en los ochenta molaba y por supuesto, no todo lo que hoy intenta emular a los ochenta, mola. 

Cierto que películas recientes como “Super 8” (J.J Abrams, 2011), “Hobo With a Shotgun” (Jason Eisener, 2011), “It Follows” (David Robert Mitchell, 2014), “Almost Human” (Joe Begos, 2013) o ese fenómeno de masas llamado “Kung Fury” (David Sandberg, 2015), por poner algunos ejemplos, han recuperado lo mejor de aquella época, pero en el proceso involutivo hacia la redención nostálgica, también hemos tenido ejemplos fallidos con engendros de la calaña de “Scream Park” (Cary Hill, 2012), “Homicycle” (Brett Kelly, 2014) o “Lost After Dark” (Ian Kessner, 2014). 

Si había una película que esperábamos los retro-sados (y algún que otro retrasado también), esa era la canadiense “Turbo Kid”. La película, dirigida a modo de trío François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell a quien a partir de ahora, conoceremos como “el trío”, si se me permite. Y es que “T is for Turbo”, cortometraje rodado hace cuatro años, ya apuntaba hacia donde podía disparar su nueva película, como no podía ser de otra manera, un homenaje a las viejas películas de acción post-apocalípticas de los ochenta. En este caso, rizando aun más el rizo y añadiendo a la ecuación también, elementos de otro de los grandes legados del cine de los ochenta, las aventuras juveniles.

Podríamos decir que “Turbo Kid” es un mix imposible entre “Mad Max” y “Los Bicivoladores” que se colocaría en algún lugar entre los citados dos grupos anteriores y que al menos en mi caso, ha significado una pequeña decepción. 

Pero que nadie se alarme, la película del trío ni de lejos podría tildarse de engendro. Nada más lejos de la realidad, estamos hablando de un trabajo fino filipino (permítaseme el chiste retro) a la hora de recrear toda la estética del cine de los ochenta. Se nota que los directores han mamado lo suyo y saben lo que hacen. No falta absolutamente nada en este sentido y la cinta, podría dar perfectamente el pego como película ochentera. Punto con el cual, muchos ya estarán ganados y no negaré que yo el primero. Ver los atuendos de ciertos personajes, disfrutar de esos omnipresentes Casios a tutiplén con “complejas” melodías que cualquiera de nosotros podría interpretar de forma autodidacta en su propia casa o ser sodomizados en el momento más inesperado, por una aterradora sobredosis de ñoñería sentimentaloide, pueden erotizar a cualquiera. 

Además, “Turbo Kid” es una cinta extremadamente violenta plagada de sangre y gore. Todo un festín de vísceras, amputaciones y masacres varias que aquellos más afines a las emociones fuertes sabrán disfrutar como nunca y en donde el único momento donde se utilizan efectos digitales, tal y como como mandan los cánones, es en la realización de los rayos láser. Cutremente hermosos. Por lo que estamos hablando de un empaque tan hermoso y plagado de poesía que debería encumbrar a la película del trío a los altares del cine de culto... pero no todo lo que reluce es oro y el rey Midas de esta historia parece ser manco. 

Sabido es que las películas futuristas de los ochenta, no eran un alarde a la hora de narrar cosas complejas (ahí está la saga de “Mad Max” como mejor ejemplo de ello), pero si ponían sobre la mesa un mínimo de materia gris con la que ensamblar todo el tinglado y darle la homogeneidad suficiente para que la cosa fuera algo más que una sucesión de gags o secuencias inconexas. Pero es que “Turbo Kid” presenta un guión tan tosco, poco elaborado y carente de gancho, que al final uno tiene precisamente esa sensación de estar viendo un puñado de secuencias sin aparente conexión, lo cual dificulta sensiblemente conectar con la historia y engancharse a ella. 

El nivel de algunas de las interpretaciones, realmente cutres, tampoco está a la altura de las circunstancias y delatan la modesta naturaleza del filme. Lo cual es una auténtica lástima, pues el tándem protagonista formado por los jóvenes Munro Chambers y Laurence Leboeuf (en especial esta segunda), lo hace muy pero que muy bien, manejando con suma elegancia los resortes de lo entrañable. Curiosamente, encontramos en la figura de Michael Ironside, otro de los “puntos flojos” del filme y lo pongo entrecomillado porque la película no va de que el hombre lo haga mal (que no lo hace), sino más bien de lo mal que está. Irreconocible y perjudicado el bueno de Ironside, dejando claro que para él, ha llovido mucho desde los ochenta. 

Sensaciones agridulces por tanto las que nos deja “Turbo Kid”. Título de infinito potencial que por desgracia, se centra tanto en la estética y en su disfraz de los ochenta, que se olvida de todos esos elementos que la podrían haber hecho grande, muy grande. Supongo que es el precio a pagar por intentar jugar con las reglas de una época que no es la tuya. Aun así, hablamos de una película muy vistosa, plagada de guiños a la cultura pop de la época que homenajea y muy brillante a nivel de Fx, por lo que muchos, sabrán perdonarle sus carencias. 

La curiosidad: La cinta se desarrolla en un futuro apocalíptico situado en el año 1997. 

Pixelado y en Stereo: Todo lo referente a la puesta en escena, el personaje de Apple (adorable), la banda sonora (que termina por hastiar, como debe ser en estos casos) y el GORE, mayúsculo. 

Alta definición con sonido Surround: Historia inexistente y con poco gancho, algunas interpretaciones, su humor tontorrón y ver lo castigado que está Michael Ironside.


6 comentarios:

Missterror dijo...

Pues todo cierto sr. Rector!!! Creo que el hype que ha tenido "Turbo kid" le ha venido fatal, porque las expectativas ochentiles estaban por las nubes.
Pienso que esperábamos la versión extendida de "Kung Fury", y lo que nos hemos encontrado es un cúmulo de homenajes a los ochenta sin demasiado orden ni concierto.
Desde luego falla estrepitosamente en la historia, y como comentas, se hace muy poco interesante, sacrificándolo todo por la potencia del homenaje, la textura, banda sonora y personajes ochenteros y los efectos especiales, que se agradece que no sean digitales.
De gore va bien servida, y tiene a su favor a Apple, que como dices es un personajes, que para mi, se come al mismo Turbo kid y es adorable.
Me hubiera gustado que se le hubiera dado un poco más de protagonismo a Skeletron, porque ese personaje debería haber molado mucho más de lo que ya lo hace.
En definitiva, película entretenida que no termina de romper en ningún momento, pese a que tiene muchísimos elementos para haberlo hecho, y a lo grande, pero una vez más, el guión es el gran olvidado.

Saludos

P.D- Michael Ironside, efectivamente nos demuestra que el tiempo pasa para todos y que deja huella...

El Rector dijo...

Missterror, un si rotundo a todo lo que comentas. Y sabes que ese inicio con el tema de heavy metal rancio de fondo, me hizo extremadamente receptivo a la propuesta y aun así, tampoco terminó de cuajarme, quedando muy lejos de las expectativas generadas.

Menos mal de Apple y de la abundancia de gore, que si no, podríamos estar hablando de una auténtica tragedia griega.

A mi juicio, muy por debajo de la citada "Kung Fury", por supuesto.

Saludos.

P.D: Sobrecogio me quedé con lo de Michael Ironside... quiero pensar que el personaje tiene mucha culpa de ello y que el tipo ha engordado y "envejecido" por exigencias del papel, porque desde luego, lucía muchísimo mejor la última vez que le vi (creo recordar que en "Terminator Salvation").

Gerardo Medina Pérez dijo...

De acuerdo con la crítica, pero me sobra lo de Ironside. Basar parte de la crítica a los aspectos negativos del film en lo desgastado que está es alarmante. Y a todas estas, La visita es found footage, no mockumentary

El Rector dijo...

Gerardo, a mi, como gran fan de Ironside que soy, la apreciación me parece de lo más oportuna. Si bien, decir que baso buena parte de la crítica negativa del filme en ello, me parece mucho decir.

Saludos.

P.D: Debo corregirte, "La Visita" no es un found footage (el metraje encontrado solo se aplica cuando, justamente, se encuentra un metraje), es un mockumentary (grabación a tiempo real de un documental).

Saludos.

meyni2 dijo...

Debo ser retrosado también,porque me has dejado con unas ganas que pa qué de verla!!!Y tu apreciación de Ironside,que se ve desde la admiración no sólo me parece oportuna,sino estupenda.
Y mozos,las diferencias entre ff y mock a día de hoy son ya microscópicas. Yo,imprudente y necio,ya los uso como sinónimos.....ainnns
Lo dicho,voy a por ella y te comento!
saludetes

El Rector dijo...

Damien, sabía yo que tu eras rato retrosado... igual un poco más lo segundo que lo primero :)

No te la pierdas, pese a la pequeña gran decepción que me ha supuesto, no deja de ser un visionado obligado para cualquier retro... pese, también, al decadente Ironside al que espero ver algo más mejorado en próximas ocasiones.

Ya me contarás que te ha parecido el viaje por el túnel del tiempo.

Saludos.

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