Bueno, desde la estupenda
“Rammbock” que no os traíamos una película de zombies, más que nada por que aún siendo uno de mis subgéneros favoritos, un servidor ahora mismo y después de un desorbitado consumo en estos últimos años (me ha pasado lo mismo con la Coca Cola, ahora le doy mas a la Pepsi), está un poco empachado de tantas infecciones, Apocalipsis y mierdas de esa índole, pero claro, es difícil resistirse a un producto que viene abalado por una de las mayores personalidades del cine, Uwe Boll. No, en serio. Me llamó la atención que alguien considere que poner el nombre de este tipo (y lo digo con todo el cariño que desde aquí siempre le demostramos) en la carátula de su película pueda ser algo beneficioso para la misma, no se, es como si Roland McDonald patrocina a una marca de comida vegetariana, en principio puede parecer algo contraproducente. Pero bueno, supongo que en los tiempos que corren, en el cine, igual que en la vida, si hay que venderle el alma al diablo por un puñado de dólares, pues se le vende. En este caso para financiar “Eaters”, cinta italiana dirigida por el tándem Luca Boni y Marco Ristori, quienes después de largos años de silencio de un país, el transalpino, que hace 30 o 40 años y de la mano de gente como Lucio Fulci o Umberto Lenzi, era de una de las cunas del subgénero, tienen la difícil papeleta de dejar en buen lugar no solo la tradición Italiana, sino también a su mecenas alemán.
“Eaters” nos sitúa en un mundo en el que los muertos caminan sobre la tierra a sus anchas donde han exterminando prácticamente a toda la raza humana, de la cual apenas continúan con vida unos pocos hombres, reunidos en pequeños grupos para intentar sobrevivir. En esta tesitura encontramos a un grupo de soldados que trabajan para un científico que intenta descubrir una cura para el virus. Dos de ellos, Igor Y Alen, reciben el encargo de viajar hasta una zona muy peligrosa en busca de nuevos especímenes para utilizar como conejillos de indias, viaje en el cual no solo se toparán con incontables peligros, sino también con un hallazgo que puede cambiar el actual curso de la historia.
Terror me daba enfrentarme a una nueva peli de zombies independiente (ya he tenido unas cuantas experiencias digamos, poco afortunadas… “Strypper Land” sin ir muy lejos) y mas si está el señor Boll de por medio, pero la cosa no puede comenzar mejor, con el ya clásico carrusel de noticias donde se nos ilustra a tiempo parcial con los títulos de crédito de como la tierra ha ido cediendo ante una terrible epidemia que ha devuelto a la vida a los muertos y ha exterminado a una gran parte de la población mundial, culminado con una divertida y esperanzadora frase: “El Papa se suicidó a las 9:00 de la mañana de un disparo en la cabeza”, haciendo bueno aquello de que no hay mal que por bien no venga. Con esto ya me tenían ganado, lo reconozco, pero es que además, “Eaters” es capaz de arrojar un ápice de originalidad a los cansinos clichés de los apocalipsis zombie, y es el origen del virus, creado por el propio hombre al intentar encontrar una cura a otra terrible enfermedad que llegó antes de que los muertos se levantasen, la infertilidad de las mujeres. Curiosamente, en este futuro apocalíptico, estas están extinguidas, así que el fin de la raza humana no es una posibilidad, sino un hecho.
Así que bajo un marco algo diferente al habitual y tantas expectativas recién alimentadas, recibimos con gusto la segunda sorpresa agradable del filme, el increíble trabajo realizado con los personajes, no por su profundidad, por supuesto, tampoco por su originalidad, algunos bastante estereotipados (no podemos obviar el hecho de que el filme está fuertemente influenciado por “El Día de los Muertos” de Romero), pero si por su grotesca naturaleza, personajes que en muchos casos podría haber firmado el propio Alex de la Iglesia en alguna de sus películas, o haber asomado las narices por la gloriosa
“Hobo With A Shotgun”. Comenzando por el genial tándem protagonista, en especial un calvorota barbudo interpretado a las mil maravillas por Guglielmo Favilla que desde hoy entra con honores en mi lista de personajes de celuloide favoritos, pasando por un grupo de neo-nazis capitaneados por un enano imitador de Hitler. Además, todos los diálogos, son realmente divertidos, plagados de sarcasmo, irreverencia y humor negro.
En el apartado técnico y pese a su naturaleza de cine independiente, no se le puede reprochar absolutamente nada, todo lo contrario, pues estamos ante una cinta muy impactante a nivel visual, filmada de puta madre, con fuerza, personalidad, con unos zombies ALUCINANTES que dejan por los suelos lo visto en otros filmes con mucho mas presupuesto y donde ni siquiera la utilización de efectos digitales a la hora de recrear la sangre, desmerece un ápice el resultado final y también muy llamativa y rica a nivel sonoro, desde reminiscencias a “NIN” a cortes mas opresivos en plan terror tradicional a la italiana que ponen los pelos de punta.
El mayor pero que se le puede achacar a “Eaters” a parte de los muchos tópicos que contiene, de los que por otro lado, difícilmente se puede huir en un producto de estas características, es el desaprovechamiento de gran parte del metraje con un desarrollo muy modesto y en muchos momentos, carente de emoción. Vamos, que en la primera hora, la historia no acaba de tener un rumbo definido, los héroes van de aquí para allá, se cargan algún zombie, se meten en algún lío, etc… pero sin un leit motiv definido, sin una meta clara a partir de la cual construir secuencias realmente emocionantes, y luego en los últimos veinte, veinticinco minutos, que es cuando la trama se define y se vuelve ahora si, muy interesante, apenas queda tiempo para desarrollar con garantías todos los frentes abiertos y todo se finiquita con prisas y con menos mimo del esperado.
Conclusión, “Eaters” es una de las mejores películas de zombies que han aparecido en estos últimos años (aún sin llegar a los niveles de "La Horde"), una película que pese a su reducido presupuesto, hace gala de una presencia y de un acabado brillantísimo a todos los niveles. Una historia relativamente original (el tema de la infertilidad abre todo un abanico de nuevas posibilidades como queda bien claro en su tramo final) con algunas ideas frescas (como los zombies que hablan, la siempre entrañable figura del “mad doctor” o meter a una banda de nazis en medio del “fregao”), personajes carismáticos (de mayor quiero ser como Alen), excelentes efectos especiales, buenas dosis de acción, mucha sangre, diálogos ácidos e imaginativos (la versión original en italiano, tiene un plus de caspa divino), bien filmada, bien musicada y con algunos momentos que rozan la genialidad. Es una lástima que no se haya apostado por una historia más incisiva y definida desde sus inicios, lo que se hubiese traducido en un filme mucho mas intenso e interesante para el espectador y se hubiese evitado de paso, el atropellado tramo final, que era lo suficientemente interesante como para dedicarle el tiempo necesario o que no se haya puesto mas esmero a la hora de construir situaciones mas terroríficas en lugar de apostar de forma descarada y en detrimento de lo primero, por la acción pura y dura.
En cualquier caso, no lo dudes, si te gusta el cine zombie, “Eaters” es un visionado obligado… y a ver si de paso al señor Boll, se le pega algo de su compis italianos.