lunes, 24 de mayo de 2010

Crítica: Dorian Gray

"Dorian Gray" supone la segunda adaptación a la gran pantalla de la obra de Oscar Wilde, que realiza el inglés Oliver Parker después de la exitosa "La Importancia de Llamarse Ernesto", aunque en esta ocasión con un registro muy distinto y acercándonos a una de las obras mas clásicas de la literatura de terror, "El Retrato de Dorian Gray", el cual ya había sido llevado a la pantalla con anterioridad en varias ocasiones, como en 1945 por Albert Lewin, en la que posiblemente sea la versión clásica por antonomasia, en 1970 por el italiano Massimo Dallamano y en posteriores producciones menores y versiones para televisión.

La historia es de sobras conocida por todos y nos cuenta los porvenires del joven e inocente Dorian Gray, quien llega a Londres para heredar la fortuna de su recién fallecido tío, cayendo rápidamente en el vicio y las perversiones de la noche londinense, mas cuando descubre que un retrato suyo pintado por un artista amigo de la familia, envejece en su lugar y le otorga la juventud eterna.


Pocas sorpresas pues a nivel argumental, y es que la cinta sigue de forma bastante fiel lo narrado en la obra literaria y deja bastante poco a la imaginación de Oliver Parker, nada que ver por ejemplo, con el Dorian Gray que nos enseñaron en la incomprensiblemente repudiada por muchos, "La Liga de los Hombres Extraordinarios", con la que en su momento disfruté "cacho" largo. Así que lejos de ese Gray aventurero ejerciendo de anti-héroe que interpretó para la ocasión el abonado a la inmortalidad Stuart Townsend, esta vez encontramos la versión mas clásica del personaje, es decir, un joven recién llegado a una de las ciudades mas importantes de la época, que pronto cede a los placeres de la carne y cae en las garras del alcohol y las drogas, convirtiendo al inexperto y virginal muchacho en un libertino mujeriego que se cepilla sin pestañear a la mitad de la población femenina de la capital inglesa, así como a cualquiera que se le ponga por delante, masoquismo, dominación y cualquier otra perversión imaginable. Todo ello queda muy bien reflejado en la película gracias a las numerosas secuencias erótico-festivas (aunque aptas para todos los públicos) que componen el núcleo duro de la cinta, dejando claro que la idea del director era mas, dar una visión generalizada del Londres de la época a través de los actos del personaje, que indagar tanto en la oscura naturaleza del mismo, como en el pacto con el diablo, del que no se nos cuenta absolutamente nada y se finiquita con una secuencia fugaz y poco reveladora. Y es que la cinta, aun teniendo obviamente elementos fantásticos, estos aparecen a cuentagotas y a la sombra del clásico "thriller" de crímenes y romances, así que nadie espere encontrarse con la visión más terrorífica de la obra de Wilde.

El cometido de encarnar a tan famoso personaje ha recaído en el actor Ben Barnes, que si bien es una opción bastante acertada debido a su fisonomía, también es cierto que resulta un tanto complicado sacarse de la cabeza al príncipe Caspian, personaje de "Las Crónicas de Narnia" que le ha dado la popularidad y con el cual todos relacionamos al actor. A su lado un buen plantel de rostros contrastados, como el de Ben Chaplin ("Poseídos"), quien interpreta al pintor homosexual enamorado de Gray o el también prolifero Colin Firth ("El Diario de Bridget Jones"), quien da vida a Lord Henry Wotton, un aristócrata juerguista que lleva al pobre Dorian por el mal camino. También encontramos un par de caras bonitas, las de Rachel Hurd-Wood (a la cual veremos en la inminente y prometedora adaptación de otra obra literaria, "Solomon Kane") y Rebecca Hall, quien participase en la sobrevalorada Vicky Cristina Barcelona (lo siento, pero no puedo con Woody Allen).

Visualmente, la película ofrece una de cal y una de arena, por un lado disfrutaremos de una perfecta recreación del vestuario de la época, así como de una muy cuidada ambientación en lo que a interiores se refiere. Los efectos especiales, aunque escasos, también lucen un aspecto mas que aceptable, tanto los artesanales utilizados a la hora de perpetuar los asesinatos, como los digitales que se han utilizado para dar vida al cuadro maldito y que alcanzan su momento álgido en la secuencia final del filme. Pero no todo es tan bonito en "Dorian Gray", por que pese a todo esto, no hay que olvidar que no estamos ante ninguna gran superproducción, y eso se nota sobretodo en la recreación de un Londres muy poco grandilocuente, donde apenas se nos muestran un par de localizaciones exteriores y que además huelen demasiado a decorado, resultando muchas veces poco creíbles e incluso ridículas (atención a la fachada de cartón piedra que se gasta la mansión en la escena de la llegada).

Conclusión, "Dorian Gray" es un thriller de terror en el sentido más genérico de la etiqueta, pues mas que terror propiamente dicho, esta nueva adaptación del clásico de Oscar Wilde, parece más un intento de reflejar la sociedad del Londres victoriano que una película de género, donde se pasa de puntillas sobre el lado mas tenebroso y macabro de la historia, y lejos de ofrecernos un producto pensado para atemorizar al espectador, prefiere centrarse en las relaciones entre personajes y el impacto y consecuencias que tiene este mal sobre los mismos.

Destaca el buen hacer tanto de Ben Barnes en el no sencillo papel protagonista, como el del resto del reparto, que contrarrestan así las carencias propias de una producción de este tipo, donde se deja notar que no se ha contado con un presupuesto "Hollywoodense" precisamente. La ligereza tanto de las escenas de sexo, como de violencia y el desaprovechamiento del trasfondo demoniaco, donde se hubiese agradecido un poco mas de profundidad así como alguna que otra licencia por parte de los guionistas, son los puntos más negros de una película que pese a todo, resulta entretenida y seguro gustará en mayor o menor medida a los que han disfrutado la obra original.


1 comentarios:

Josu dijo...

Nunca he conocido obra literaria más sobrevalorada que esta,que no es otra cosa que un relato corto de terror en ocasiones soporífero...¿qué harías si fueras inmortal y un diábolico cuadro pagara en un principio tus desfases?¿coleccionar alfombras y otras chorradas?Pués no...abandonarte a tus más oscuras pasiones y deseos, hasta las últimas consecuencias, y eso es precisamente lo que hace este Dorian Gray.Además la película hace mucho más énfasis en lo sobrenatural que la novela.Magnífica la escena del asesinato de Basil...la obra de arte asesina al artista,cuando suelen ser los artistas los que asesinan el arte.La mejor adaptación al cine hasta el momento,en mi humilde opinión.

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